jueves, 1 de mayo de 2014

El puntal dels Llops: Hace más de 2000 años en un fortín...


Inés es una niña de unos nueve años, dulce y valiente, que vive en Valencia. Un día su familia y ella fueron a pasar la mañana de excursión por el monte. Como estaban en su chalet de Bétera, pensaron que sería buena idea no irse demasiado lejos, así igual llegaban a tiempo para hacer la paella en casa. Cogieron el coche y se plantaron en Olocau, un pueblo cercano, en la sierra Calderona.

Allí vieron unos carteles que indicaban el camino hacia el Puntal dels Llops, un yacimiento íbero. A Inés le sonaba un poco eso de los íberos, aunque no sabía situarlo muy bien en la historia, pero esperaba aprenderlo con esta visita.

Entre pitos y flautas, tardaron una hora en llegar a la parte alta y descubrir lo que había allí. Estaban ante las puertas de un fortín íbero, con parte de su torre en pie y las habitaciones bien marcadas. Su padre se quedó mirando una piedra redonda que había en el suelo e Inés, con su curiosidad insaciable, preguntó por ella. Así descubrió que era una piedra de molino, de la época de los íberos. Pero Inés, no pudo averiguar mucho más. Leyó los carteles que el ayuntamiento había puesto, pero se le escapaba el significado de muchas palabras. La visita despertó la curiosidad de Inés pero no sacio su sed de aprender porque no tenía cómo hacerlo.

Cuando se disponían a bajar, vieron un grupo de personas que llegaba a lo alto. Se veía claramente que una de ellas les guiaba. Pararon a la entrada, el guía dijo algo, repartió unas pelotas y todos empezaron a atacarle. Le tiraban las pelotas y él se defendía con su escudo. Inés no entendía lo que estaban haciendo, porque no había escuchado sus palabras, pero le encantaba esa manera de contar la historia. Estaban recreando cómo habría sido una invasión y una defensa del puntal, para entender por qué estaba construido de esa manera y no de otra.


Inés quería quedarse, pero el guía le dijo que podrían acudir a la siguiente ruta, para no perderse la primera parte, ya que venía explicando cosas desde el cementerio. Así que Inés se llevó la información de la ruta para que sus padres la apuntaran a la siguiente y se marchó entusiasmada por poder aprender algo más sobre los íberos de una manera tan divertida.

Para inscribirse hay que mandar un correo electrónico a scalero@calderonaviva.com.

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