lunes, 21 de julio de 2014

¿Competencias directivas? ¿Cómo mejorarlas?

Un día más vuelvo a visitar el CEEI con expectativas de aprendizaje.
Luis Martínez Andreu comienza su charla preguntando por nuestra idea de directivo. Surgen cuestiones tales como: piloto, motivador, ejemplo a seguir, reflexivo, humilde, estratega, resolutivo... Casi nada, ¿eh?
Y lo primero y más importante es que, como jefe, debes estar al servicio de las personas, así que te tienen que gustar. Parece fácil, pero no lo es.
Los directivos debemos sentarnos en el taburete de tres patas:
Y siempre, para ser mejor directivo, tenemos que mejorar nuestras competencias, que son, nada más y nada menos, que comportamientos. ¿Cómo debemos comportarnos en nuestro trabajo?
Pues un directivo debe cumplir 3 funciones: estratégica, ejecutiva y de liderazgo.
La función estratégica nos ayuda a conseguir mayor valor económico para la empresa.
La función ejecutiva está dirigida a desarrollar las capacidades de los empleados y su correcta funcionalidad en el trabajo.
La función de liderazgo personal debe conseguir generar confianza hacia los demás, auto-liderazgo y ejemplo.
¿Y cuáles son las competencias o comportamientos más buscados?
Adaptabilidad, empatía, resolución, implicación, humildad, sinceridad, trabajo en equipo, orientación al cliente, tolerancia a la frustración.
Y además de todo eso, y como decía Sócrates, hace tantos años, SABER PREGUNTAR Y SABER ESCUCHAR.
Las preguntas que debemos hacernos a nosotros y a nuestros trabajadores:
¿Cuál es nuestro objetivo?
¿Qué nos falta?
¿Cómo lo vamos a conseguir?
¿Para qué? Que mueve a la acción, no el por qué, que es una mera justificación.
Y por tanto, pedir y escuchar FEEDBACK: no es una evaluación, es lo que a mí me pasa con lo que tú haces. Si el feedback es positivo habla del ser, es un agradecimiento y reconocimiento al otro. Si el feedback es negativo habla del hacer, por lo tanto se debe dar una opinión basada en hechos, y no utilizar las palabras: a veces, nunca, siempre o pero.
Y sabiendo esto y desarrollando un plan de acción, para mejorar nuestras competencias directivas, podemos pasar a la acción y cumplir la visión de nuestra empresa.
¿Estamos preparados?