Se está quemando el Parque
Nacional de Yosemite en California. Por suerte, el fuego todavía no ha llegado
a la zona de las secuoyas gigantes, aunque en Wikipedia se explica que uno de
los peligros de sus ecosistemas es la pérdida de un régimen natural de
incendios.
Partiendo de este supuesto
(que es totalmente real) voy a intentar mostraros qué es y qué pretende la
interpretación del patrimonio, qué pretendemos los guardianes del tesoro.
Alicia Calero. Penyagolosa 2013 |
“Cierren los ojos. Relájense. Imaginen el sonido del viento
moviendo las hojas amarillentas y naranjas secas del suelo, un cuco cantando a
lo lejos, olor a tierra mojada y alguna aromática que intenta asomar... Recuerden
aquel día en el que disfrutaron de aquella puesta de sol tan maravillosa,
indescriptible. Ahora abran los ojos y admiren lo que ven. La belleza no se
puede describir. Hay que sentirla. Pero lo más importante de Yosemite no es su
belleza, sino su biodiversidad, y para mantenerla algunos ecosistemas de
Yosemite necesitan el fuego como nosotros necesitamos el agua.”
Esta sería la introducción que
haría al comienzo de la ruta interpretativa. A continuación analizaré por qué y
para qué he puesto cada una de las palabras que habéis leído.
Una intervención de
interpretación del patrimonio debe rebosar autenticidad. Será natural, original,
excepcional, referencial e influyente. El texto presentado es natural, porque Yosemite existe; es original, nadie, nunca, había escrito
algo semejante; es excepcional
(hecho con cariño, sentimiento y sensibilidad. Algunas palabras lo muestran:
maravillosa, indescriptible, belleza); es referencial
(imaginen cosas que ya han vivido anteriormente... recuerden... como nosotros
necesitamos el agua, hace referencia a la experiencia personal de cada
visitante); es influyente (brindando
una visión diferente: Yosemite necesita del fuego, es revolucionario, hace
pensar y reflexionar).
Indicando a los visitantes que
cierren los ojos e imaginen, consigues conectar al visitante con la esencia del lugar, que es su belleza.
Es un llamamiento a las emociones. Consigues crear conexiones emocionales porque el visitante recuerda aquella puesta
de sol y cómo se sintió al verla. Y generas significados porque el visitante
relaciona lo que le estás diciendo con su propio conocimiento y experiencia.
¿Y cómo va a necesitar
Yosemite el fuego? Pues para entenderlo se hace una similitud, un toque que
permita al visitante relacionar lo desconocido con algo familiar que hay en su
mente, nuestra necesidad de agua. Cuando comience la ruta y a lo largo del
camino se irá desgranando esa frase tan comprometida, explicando su significado
profundo, su razón científica, sus consecuencias. Pero para comenzar se tiene
que presentar el tema. Este tiene
que ser potente y relevante, tiene
que conseguir que la persona piense, se asombre y reflexione. Cuando habéis
leído la frase: Algunos ecosistemas de Yosemite necesitan el fuego como
nosotros necesitamos el agua, ¿he conseguido que os asombréis y
reflexionéis sobre este tema? Este es mi gancho para invitar a los visitantes a
poner atención al resto de la narración. ¿Tenéis curiosidad por saber por qué
Yosemite necesita el fuego? ¿Cuál es la razón científica y natural de este
fenómeno?
Espero que sí, porque esta era
mi intención. Os invito a que investiguéis sobre el tema.
Este es el trabajo de los
guardianes del tesoro. Como dijo Anatole France: “No hay que satisfacer la
vanidad intentando enseñar demasiadas cosas. Debemos suscitar la curiosidad de
las personas. Es suficiente con abrir las mentes; no es necesario
sobrecargarlas. Deja caer sólo una chispa. Si la materia inflamable es la
adecuada, se encenderá el fuego.”
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