Cuando te metes de cabeza en
el maravilloso e intricado mundo de los emprendedores, todo tu cuerpo empieza a
dar vueltas y a perderse en concursos, premios y convocatorias y es
dificilísimo salir.
Esto nos ha pasado a
Calderona Viva de un tiempo a esta parte.
Todo empezó con el premio de
emprendedores verdes de la Fundación Bancaja. Ganamos el 2º premio y nos
crecimos. Así que cuando salió la convocatoria del Itinerario emprendedor allá
por mayo, no lo dudamos. Entregamos nuestra idea de negocio. Y de los más de 90
participantes, escogieron a 30 ganadores, entre los que nos encontrábamos.
Después de ir todo el mes de
junio y la mitad de julio a las clases del CEEI, donde nos explicaron muy bien
cómo hacer el plan de empresa, teníamos que hacerlo. Dedicamos muchas horas a
pensar las líneas de negocio, precios para nuestros servicios, actividades que
podíamos ofertar, logística... Finalmente, a principios de septiembre, lo entregamos e CD. Pero
ahí no acabó la cosa. Teníamos que preparar una presentación, que durara 3
minutos, para convencerles de que el nuestro es el mejor plan. Y luego teníamos
otros 2 minutos de preguntas. Le lunes 23 de septiembre, Calderona viva cogió
el vestuario de sus rutas y un portátil con sonidos de pajaritos y se fue a
vender su empresa al Ayuntamiento de Valencia.
Cuando llegamos al lugar de
la presentación, con prisas, porque pensábamos que llegábamos tarde, nos dimos
cuenta que se nos había olvidado el toque “natural” de la charla y no daba
tiempo a ir a buscarlo. Así que con un poco de rabia por el despiste, fue
nuestro primer turno.
La presentación estuvo muy
ajustada al tiempo, les mostramos nuestro vestuario en cada una de las rutas
que tenemos preparadas y fotografías de las actividades que hemos realizado en
Ventamina. De vez en cuando se reían y al final hicieron un par de preguntas
muy lógicas que contestamos sin problemas.
Y como se nos había olvidado
el toque mágico, volvimos a por él. Al acabar las entrevistas el jurado nos
permitió entrar de nuevo en la sala para entregarles, con nuestra cesta de
esparto y el kalathos de Imilce, las bolsitas de tela con plantas aromáticas,
la tarjeta de Calderona Viva y uno de nuestros trípticos.
Seguro que el jurado no se
olvida de nosotros tan fácilmente.
Y como conclusión... ¡Lo
conseguimos! ¡Hemos sido becados por el itinerario emprendedor!
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