martes, 8 de octubre de 2013

Kelin


Kelin no llama la atención. No tiene una torre (Puntal dels Llops), ni es un poblado excavado enorme (Bastida de les Alcusses) ni tiene un muro larguísimo (Castillejo de la Muela). Si entras por la puerta un día cualquiera, probablemente te parezca soso, poca cosa. Pero la jornada de puertas abiertas, transforma la ciudad.
La mañana del 6 de octubre se realizó una ruta dramatizada donde se mostraban los usos que se les daba a las plantas en aquella época.

¿Conoces la saponaria?

Se usaba para lavar la lana antes de tintarla, con agua tibia, para que no se apelmace. Después de lavarla, utiizaban una gran cantidad de tintes naturales:

- raíz de rubia para el rojo
- flores de caléndula y genista para el amarillo
- hojas de hiedra para el verde
- piel de granada para el marrón clarito
- frutos de espino para el negro
- índigo para el azul oscuro
- pétalos de malva para el morado

Para fijar los colores se usaban “orines de niño varón” o vinagre y óxidos de hierro.

Aunque los tejidos usados no eran sólo de lana, también utilizaban el lino, e incluso el cáñamo, aunque es algo más áspero.

¿Y cómo hacían las cuerdas?

Utilizaban una planta de zonas muy secas, común en nuestras tierras, el esparto. Es sencillo. Se cogen las tiras de esparto del monte, se ponen a remojo, para curarlas y luego se machacan con un mazo. Y en ese momento, ya es más sencillo tejerlas o trenzarlas.

¿Y los tejados de las casas eran como ahora?

Pues no, estaban formados por un entramado de pino (o almendro, chopo, olmo) con romero (o brezo, junco, carrizo) formando un armazón que se completaba con una capa de barro.

¿Y qué bebían los íberos?

Efectivamente, bebían cerveza, que les daba energía y en las grandes ocasiones, vino fermentado rápidamente. Podían tener un lagar portátil para la vendimia o uno hecho de obra, bien ventilado. Y pisaban la uva. El mosto caía y se recogía en un cuenco desde dónde se pasaba al ánfora. Al vino se le añadía saúco para darle más color rojizo. Y bebían vino con miel, caliente, y como era muy fuerte, dependiendo de la cuestión que trataran en la reunión, ponían en su bebida más partes de agua o más de vino.

¿Y qué comían?

Pues su mesa estaba repleta de una gran variedad de alimentos: cereales como el trigo, la espelta, el mijo, la cebada; legumbres como las almortas, lentejas, garbanzos, guisantes, habas, altramuces; frutos como las ciruelas, los higos, las granadas, las nueces, las avellanas, las almendras, las uvas, el membrillo....
Para moler la harina utilizaban el molino rotatorio y comían pan, tortas y galletas. Y para conservar los alimentos, usaban sal de algunas salinas cercanas, además de laurel e hinojo para condimentar.

¿Y cómo se curaban?

Porque lo íberos también tenían enfermedades... Usaban gran cantidad de hierbas curativas:

- lavanda, para desinfectar, aspirando el humo que producía
- infusión de saúco para el constipado
- amapola y corteza de sauce para aliviar los dolores
- hojas de hiedra para calmar la inflamación de los golpes
- corteza de nogal para la diarrea
- y madroño contra el estreñimiento
- y si estabas nervioso, con una infusión de tila y amapola, dormías de maravilla.

Ya veis que los íberos no eran tan diferentes a nosotros...

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