Kelin no llama la atención.
No tiene una torre (Puntal dels Llops), ni es un poblado excavado enorme
(Bastida de les Alcusses) ni tiene un muro larguísimo (Castillejo de la Muela).
Si entras por la puerta un día cualquiera, probablemente te parezca soso, poca
cosa. Pero la jornada de puertas abiertas, transforma la ciudad.
La mañana del 6 de octubre
se realizó una ruta dramatizada donde se mostraban los usos que se les daba a
las plantas en aquella época.
¿Conoces la
saponaria?
Se usaba para lavar la lana
antes de tintarla, con agua tibia, para que no se apelmace. Después de lavarla,
utiizaban una gran cantidad de tintes naturales:
- flores de caléndula y
genista para el amarillo
- hojas de hiedra para el
verde
- piel de granada para el
marrón clarito
- frutos de espino para el
negro
- índigo para el azul oscuro
- pétalos de malva para el
morado
Para fijar los colores se
usaban “orines de niño varón” o vinagre y óxidos de hierro.
Aunque los tejidos usados no
eran sólo de lana, también utilizaban el lino, e incluso el cáñamo, aunque es
algo más áspero.
Utilizaban una planta de
zonas muy secas, común en nuestras tierras, el esparto. Es sencillo. Se cogen las
tiras de esparto del monte, se ponen a remojo, para curarlas y luego se
machacan con un mazo. Y en ese momento, ya es más sencillo tejerlas o
trenzarlas.
¿Y los tejados de
las casas eran como ahora?
Pues no, estaban formados
por un entramado de pino (o almendro, chopo, olmo) con romero (o brezo, junco,
carrizo) formando un armazón que se completaba con una capa de barro.
¿Y qué bebían los
íberos?
Efectivamente, bebían
cerveza, que les daba energía y en las grandes ocasiones, vino fermentado
rápidamente. Podían tener un lagar portátil para la vendimia o uno hecho de
obra, bien ventilado. Y pisaban la uva. El mosto caía y se recogía en un cuenco
desde dónde se pasaba al ánfora. Al vino se le añadía saúco para darle más
color rojizo. Y bebían vino con miel, caliente, y como era muy fuerte,
dependiendo de la cuestión que trataran en la reunión, ponían en su bebida más
partes de agua o más de vino.
¿Y qué comían?
Pues su mesa estaba repleta
de una gran variedad de alimentos: cereales como el trigo, la espelta, el mijo,
la cebada; legumbres como las almortas, lentejas, garbanzos, guisantes, habas,
altramuces; frutos como las ciruelas, los higos, las granadas, las nueces, las
avellanas, las almendras, las uvas, el membrillo....
Para moler la harina
utilizaban el molino rotatorio y comían pan, tortas y galletas. Y para
conservar los alimentos, usaban sal de algunas salinas cercanas, además de
laurel e hinojo para condimentar.
¿Y cómo se curaban?
Porque lo íberos también
tenían enfermedades... Usaban gran cantidad de hierbas curativas:
- lavanda, para desinfectar,
aspirando el humo que producía
- infusión de saúco para el
constipado
- amapola y corteza de sauce
para aliviar los dolores
- hojas de hiedra para
calmar la inflamación de los golpes
- corteza de nogal para la
diarrea
- y madroño contra el
estreñimiento
- y si estabas nervioso, con
una infusión de tila y amapola, dormías de maravilla.
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