En
otro planeta, en otra galaxia, los cumpleaños se celebran una semana después.
No te felicitan ese día, ni el día después, ni tu no cumpleaños. En este
planeta, que se llama KOI 172.02, los cumpleaños siempre, siempre son una
semana después.
Nadie
recuerda cuándo empezó la tradición, pero igual que nosotros comemos paella los
domingos o somos del Valencia CF por tradición, en KOI 172.02 los cumpleaños se
celebran una semana después.
Y
aunque nadie recuerde quién empezó con ella, todos saben cuál fue su origen.
Aquí en nuestro planeta, sabemos que a los niños los trae la cigüeña. En KOI, a
los niños los trae una flor. Y vosotros pensaréis... ¿cómo una flor puede traer
a un niño, si las flores no vuelan, no andan, no cargan trastos de un sitio a
otro? Es que los niños nacen de las flores. Un día cualquiera, una flor
cualquiera empieza a crecer y a crecer y después de una semana nacen las
pequeñas Sanganitas.
Por
eso, hoy estamos de celebración. Porque Sángana, la protagonista de nuestra
ruta “Descubre los tesoros olvidados del Carraixet” cumple un año y una semana
en Calderona Viva.
¡Cumpleaños
feliz! ¡Te deseamos todos... cumpleaños feliz!
Un
año y una semana de pintura verde, de coser plantas en un vestido, de llevar
setas en los pies, de recolocarse las antenas después de mucho movimiento... y
de risas, de miradas esquivas, de miedo escondido, de sonrisas cómplices, de
visitas esperadas y de abrazos regalados.
Sángana
ha vivido aventuras en Buñol y en Olocau. Ha conocido a pequeños y adultos que
le han acompañado y le han ayudado a buscar lo que andaba buscando.
Sángana
comenzó su andadura en abril de 2013, muy nerviosa, porque no sabía cómo iba a
salir todo esto. Continuó en mayo y en junio, con colegios, y en julio con
l’Escola d’Estiu de la UPV. Y en septiembre cambió de casa. Se trasladó a
Olocau, con mucha alegría y allí ha estado todo el invierno.
Todavía
seguirá más tiempo, dando la vara, aprendiendo, soportando frío, calor, viento
e incluso lluvia... pero contenta con la espera... en el río Buñol, una
oropéndola, un arrendajo, muchos carboneros... en el barranco del Carraixet,
las lavanderas cascadeñas y las currucas. Sángana nunca estará sola... porque
la naturaleza tiene eso.. que siempre está a tu lado.
Muchas
gracias a todos los que han visitado a Sángana todo este tiempo, y trabajaremos
para que pueda cumplir otro año y una semana más.
Hoy, releyendo aquello que escribí, me he puesto a llorar... Sángana, no te olvidaremos!!!
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