jueves, 7 de agosto de 2014

Escuchando los sonidos de la Calderona

Nos despiertan los ladridos de los perros encerrados en sus jaulas impuestas. ¿Qué nos querrán decir? Estarán saludando, quejándose de su suerte o simplemente charlando unos con otros, como si no hubiera otra hora para mantener una conversación perruna que las 5 de la mañana.
Si estás atento y pones el oído, por debajo de la escandalosa jauría, se puede oír un gallo lejano que anuncia el amanecer, o que tiene hambre, quién sabe, porque los gallos cantan a todas horas.
Allá a las 7 empiezan a cantar las tórtolas, ese sonido odioso, como un taladro matutino, o sus alas, una puerta oxidada, que me recuerdan a mi estancia en Mislata. ¿Por qué habrá tantas tórtolas turcas? Es un misterio...
Fuente: SEO/BirdLife
Oigo un ruido desconocido, como de risa malaje de animal grande. Cojo los prismáticos y tras un rato de incertidumbre, descubro que es una ardilla, mordisqueando una piña y recorriendo las ramas a paso ligero y energía desbordante.
Y ya amanecido el día pueden visitarnos infinidad de mirlos, que van y vienen por los pinos carrascos y los jardines verdes de los alrededores. El mirlo, negro como el tizón y con un pico naranja de zanahoria, tiene un canto precioso, melodioso, hermoso, goloso...
Fuente: SEO/BirdLife
Es muy común escuchar durante el día a un amiguito cantante contento por el verano, que exclama sin cesar: tot estiu, tot estiu.
Fuente: SEO/BirdLife
A mediodía el calor consigue un silencio extraño, inquietante, que invita a una siesta a la sombra.
Por la tarde te puede sorprender el pájaro de oro, la oropéndola, volando por los pinos del barranco y por qué no, buscando un poco de agua para dar un largo trago, que la Calderona está muy seca y el verano es caluroso.
Fuente: SEO/BirdLife
Al atardecer nos sobrevuelan las golondrinas, esos aviones naturales tan elegantes, con su traje azul metálico y su cola de frac. Tienen un sonido inconfundible, que todos habéis oído pero que seguro no reconoceríais, porque oímos muchos sonidos que no escuchamos.
Fuente: SEO/BirdLife
Llega la noche y con ella el misterioso cárabo, un búho chiquitín con ojos negros, que nos acompaña con su canto especial. Intentamos verlo, lo buscamos por el barranco, por los árboles... pero es imposible, se esconde tan bien que sólo podemos reconocer su presencia por su voz.
Fuente: SEO/BirdLife
Es la hora de irse a dormir. La Calderona está en silencio, pero no todos los animales duermen. Si escuchas podrás oírlos. ¿Te paras a escuchar?

3 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Durante todo el mes he escuchado el canto del cárabo muchas noches, pero fue anoche especialmente cuando más pude oírlo, estaba en algún pino prácticamente al lado de mi ventana, por suerte pude grabar su canto :)

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  3. Verónica T.M. me alegro que pudieras grabarlo. Es un sonido mágico!!!

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